Anónimo votante de UGT:
Al compañero que pregunta porque no presentamos lista en Madrid, no puedo decirle mas que no obtuvimos la confianza necesaria de nuestros afiliados. Basta ver que el que lo pregunta es un afiliado al que no supimos convencer. No me cabe duda que debemos realizar un trabajo mejor que ilusione a los compañeros y estoy absolutamente convencido que las proximas elecciones concurriremos como no puede ser de otra manera. Si el compañero afiliado, no obstante desea mantener un contacto mas directo con la federacion de Madrid , responsable de las elecciones sindicales en su centro yo me ofrezco para ponerle en contacto.
Marck: ¿Cómo definirías la situación actual de un trabajador del Grupo Cepsa?
Hola Marck. Definir la situación actual de un trabajador cualquiera del Grupo Cepsa sería generalizar en uno u otro sentido. Me explico. Tenemos tanta diferencia de salarios, condiciones laborales, etc. que habría que ver a qué empresa del grupo pertenece este trabajador, y saber también como percibe sus condiciones laborales. Como bien sabes existen compañeros de empresas del grupo con condiciones laborales buenas o aceptables y otros que necesitan urgentemente seguir avanzando para lograr unas mejores condiciones de trabajo, salarios, condiciones sociales, etc. ya sabes cada persona es un mundo , pero si hay algo que yo creo haber percibido en líneas generales y que me apuntan bastantes compañeros de otras empresas importantes es que muchos de los trabajadores del grupo , tenemos un sentimiento de pertenencia a CEPSA, incluso de orgullo, que se manifiesta a veces, por encima de lo puramente reivindicativo. Una gran empresa a mi entender la forman todos los que trabajan en ella, y su éxito dependerá en alguna medida, de que todos entendamos esta premisa. Esto genera un sentimiento de pertenencia, que creo tiene el trabajador de Cepsa, en mayor o menor medida. Tambien creo que ha de ser entendido por los trabajadores al cargo de las relaciones laborales como una oportunidad para construir sobre el dialogo y la discusión incluso, y nunca como una debilidad a explotar. Cuando nos referimos a Cepsa como "La compañía" la entendemos como algo nuestro, aunque sin renunciar a nuestras aspiraciones de lograr cuotas de bienestar mayores cada día. Para concluir , creo que el grupo tiene buenos trabajadores, con un alto sentido de la fidelidad a los colores, incluso con las garantías que proporciona trabajar en un grupo empresarial tan grande, pero hemos de seguir avanzando en equilibrar cada vez más las diferencias para precisamente , crear mas grupo, mas homogéneo y crear mas empresa para todos.
J.l alcalde: Miguel Angel, me alegra mucho tener la oportunidad de realizarte una pregunta en dicho foro. Ya en su momento, tuve la oportunidad de realizar una pregunta a Salva López, y quiero, trasladarte a ti la misma
¿Qué opinión tienes, desde la perspectiva sindical, sobre este proyecto que se está realizando, de homologación de condiciones de filiales –Mazinguer-?
Hola Jose Luis ,con sinceridad creo que las diferencias de condiciones sociales entre los trabajadores del grupo han acortarse paulatinamente. Es posible el Proyecto de Grupo Empresarial con diferencias notables entre sus trabajadores, pero no es justo, por lo que entiendo que este sentimiento crea apatía e insatisfacción entre los trabajadores afectados, lo cual como he manifestado antes no es bueno ni para la empresa ni para sus trabajadores. Sinceramente tambien, creo que los Responsables de Relaciones Laborales entienden esta postura y apuestan tambien porque es en este foro de discusión donde han de tratarse estas revindicaciones, sindicales, y tambien claramente aquellos aspectos que resulten importantes para la empresa. El mazinguer es el marco de negociacion claro para tratar cuanto sea necesario siempre que entendamos las partes que negociacion es flexibilidad, empatía , respeto por las posturas contrarias y acuerdos con sacrificios cuando sea necesario. El valor global de los acuerdos han de ser motivo de reflexión en el futuro, pero el hecho que estemos discutiendo en el momento actual tiene un valor mas allá de lo que en un principio se podía pensar.
El que seamos capaces de superar las lógicas dificultades que plantean realidades tan distintas, con formas tan distintas de entender las relaciones laborales ,será sin duda un triunfo para la razón y el entendimiento, por otra parte el único camino lógico . Es probable que tengamos atascos importantes, pero tengo clarísimo que esta mesa de diálogo debe seguir a pesar de los mismas, si la voluntad de las mayorías está por superarlas. Por parte de la UGT, entendemos que los trabajadores y la empresa tenemos una gran oportunidad de demostrar que la discusión argumentada, ausente de rencor, libre de prejuicios puede ser el marco adecuado para reducir y superar las lógicas diferencias empresa/representantes de los trabajadores. No somos menos reivindicativos ni nuestro compromiso es menor si reconocemos que esta mesa es un avance importantísimo y que debemos realizar los esfuerzos posibles para mantenerla viva. Por lo tanto este proyecto desde el punto de vista sindical es a mi entender, fundamental y claramente positivo para todos los trabajadores del grupo esten o no afectados por sus acuerdos. Aquí no tengo dudas.
Cristina Estevez ¿Cómo sintetizarías lo positivo de tu trabajo sindical? ¿Te sientes igual de coherente ahora que hace años cuando comenzaste?
Hola Trini/ digo Cristina. Acudes a mi lado emocional y como buen tímido, me cuesta explicarme , pero intentaré contestarte: Desde mi punto de vista, el sindicalismo no es un trabajo, ni una obligación; aquí estamos porque hemos manifestado nuestra disposición a estar y nuestros compañeros nos han refrendado con su voto. Yo sinceramente creo que esto tampoco es una vocación sagrada, es una decisión más en un momento de la vida , en la que alguien da un paso porque cree que tiene algo que aportar. Yo digo que es una decisión personal que conlleva una gran responsabilidad, eso sí, por lo que es una dedicación a tiempo completo, que tiene las desventajas que todos manifestamos, pero que ha de hacernos felices, de lo contrario estamos en lugar equivocado. Yo digo a la UGT, no se viene a trabajar para no trabajar, se viene a trabajar aun mas, así con todas las consecuencias, lo positivo de esta actividad es que me gusta y me hace feliz. El que quiera tener una vida apacible y tranquila debe buscar un lugar mejor, el que se sienta realizado en esta actividad, este es su sitio. Yo por el momento estoy contento hasta que quieran o yo mismo decida. Es lo que quiero ahora y tengo la suerte que los compañeros me han dado la oportunidad de hacerlo.
Amiga. Cristina, si por coherencia entendemos que sigo pensando que el ser humano tiene marcado en su código genético la unidad para la supervivencia, me siento igual de coherente. Mira, Cristina, el único animal del universo de la vida que no tiene ninguna , digo ninguna posibilidad de sobrevivir por sí mismo es el ser humano. Cuando nacen las miles de tortuguitas que salen del huevo en una playa, tienen una limitadísima posibilidad de supervivencia, muy pequeña sin dudad, pero el ser humano al nacer, sin la ayuda de la madre u otros congéneres no puede sobrevivir; es imposible. El éxito evolutivo ha estado en la unidad como medio para sobrevivir, el hombre solo tuvo una única ventaja y era su capacidad de asociación para ser más fuerte. Esto sigue siendo así. Solos no tenemos ni una sola oportunidad, a pesar de nuestras miserias, envidias, miedos, etc. Quiero terminar diciéndote , que sigo creyendo en la unidad, la justicia social y la solidaridad, y claro , como herramientas para una vida mejor y mas digna. Entendiendo todo esto bajo la libertad de pensamiento, conciencia y elección del individuo. Me gustaría también para terminar confesarte que cuando era joven solo tenía certezas y estaba seguro de tener razón en todo, tenía pues muy pocas dudas, hoy treinta y tantos años más tarde tengo unas pocas certezas y un mar de dudas, que trato de resolver todos los días.
Después de varios años en estos temas y conociendo cómo está la situación entre los distintos sindicatos, entre la empresa y los representantes y entre los mismos compañeros ¿qué dirías a los trabajadores para animarles a presentarse a elecciones y formar parte de los comités de empresa?
Le diría, los sindicatos son asociaciones de trabajadores, que son un contrapoder necesario, están formados por trabajadores, que a veces nos equivocamos , como no, que las diferencias de opinión entre los compañeros forman también parte de la naturaleza humana, pero que a pesar de todo no es posible "hacerlo solos". Todo aquel que entienda que puede aportar algo en la defensa de los derechos de los trabajadores, empezando por los propios ( pueden tener mucho peligro aquellos compañeros que dicen defender los derechos de los demás por encima de los suyos) deben hacerlo porque es la única vía. Las condiciones laborales individuales, los salarios individualizados, ponen a una solo trabajador ante una situación de debilidad manifiesta y eso no nos debilita a todos, créeme.
Sin embargo también debemos respetar las decisiones personales de los que no desean hacerlo; es una cuestión de vocación, no somos mejores por ser representar a los compañeros, ni creo que debamos reclamar nada por ello, es nuestra decisión, pero debemos saber que uno a uno somos más débiles, así que el elemento que aglutina las necesidades comunes de los compañeros , Comités o Secciones sindicales, necesita personas comprometidas, así que animo, que lo bueno que tiene esto es que cuando no te guste , la duración, el estado del camino o el rumbo del viaje siempre puedes bajarte.
Miguel Gil: El proyecto Mazinguer, ha dejado de ser proyecto, para convertirse en una realidad con un camino a recorrer importante. Las Federaciones de CC.OO y UGT habéis puesto lo mejor de vuestras fuerzas en conseguir que este “invento” se convierta en realidad. Esta homologación de condiciones en positivo a los compañeros de filiales CEPSA, ha abierto una puerta importante a la hora de reivindicar aspectos que a todos unen.
Desde tú experiencia, dos preguntas:
1.- ¿Crees que el ritmo que estamos llevando en la negociación de este marco “Mazinguer” es el habitual ó no, de un proceso como en el que estamos?
2.- ¿Qué opinas de la actual estructura de negociación con la Empresa, es adecuada?
Sin duda Miguel Ramon ,bien sabes que pienso que es más lento de lo habitual, pero también es cierto que estamos aprendiendo en el camino y que esto debe posibilitar una mayor practica para avanzar más deprisa. El proyecto debe avanzar o morirá por sí mismo. Una negociación de este tipo debe estar libre de miedos y es habitual que la falta de experiencia nos lleve a ser mas defensivos de lo habitual. La confianza es el mejor aceite para engrasar cualquier mesa de dialogo. Debemos dar la oportunidad de poner a funcionar la máquina que hemos diseñado, para ver sus ventajas y también sus defectos. Si nos quedamos en la pura teoría jamás sabremos realmente si funciona lo que hemos hecho.
Creo que existe una necesidad por parte de las filiales y sus representantes de que estén presente las Federaciones de industria de CCOO y UGT, pero a veces nuestro papel resulta dificil por que es nuestro deber comunicar incluso los errores que cometemos todos incluidos nosotros, pero esto que a veces puede crear confusión, a medio plazo termina entendiendose como la necesidad de dirigir los trabajos para que resulten lo mas provechosos posible. Es no obstante muy gratificante que los compañeros nos tengan la confianza que no demuestran y no confundire nunca la voluntariedad con la desconfianza. Cada día la mesa está más madura y la confianza en los resultasos va en aumento. En cualquier caso dada la diversidad de los convenios , representados no creo posible una negociación con otro formato.
Consuelo Durandez Del uno al diez, Miguel Angel, ¿Qué puntuación le das tú a la importancia de la unidad de todas las plantillas, afectadas por diferentes convenios colectivos, para avanzar en algunas condiciones de trabajo del conjunto, en una mesa de negociación común?
Sin dudarlo consuelo un once. El que los compañeros hablen, se cuentan sus experiencias, estén unidos en torno a un proyecto común genera confianza , aparta la sensación de soledad, y aporta conocimientos por sí mismo. La unidad aporta siempre formación , y el conjunto se enriquece de las experiencias y opiniones de todos. Me parece fenomenal y un tiempo que debemos aprovechar.
Colectivo gomarrota: Hola Miguel Angel, a Salvador ya le hicimos una pregunta utilizando este medio que está teniendo bastante aceptación entre los que formamos eso que llaman colectivos sociales y del que formamos parte como colectivo multicolor y de izquierdas y que nos parece una muy buena oportunidad para trasladarte lo que pensamos.
Nuestra pregunta: El Convenio de Cepsa es prácticamente el único convenio de empresa importante de ámbito estatal en nuestro Sector –químicas-que se negocia sin la presencia de las Federaciones de Industria de CCOO y UGT en la Mesa Negociadora, ¿Que opina Miguel Angel al respecto?
Hola Gomarrota, perdonad la apreciación ,pero el Convenio General de la Industria Química también es muy importante (afecta a unos 400.000 trabajadores) o el del Grupo Repsol, etc. Pero dicho esto entiendo que queréis saber porque ningún miembro de la C. Ejecutiva Federal, no ha estado presente fisicamente en la mesa. Entiendo sin embargo que la Federación ha estado presente en la mesa de negociación en todo momento a través de la S. Sindical Estatal que en nuestros Estatutos es el Órgano de representación de la UGT, en la Empresa. También te puedo decir que en todo momento la C. E. Federal ha mantenido contacto directo con la S. Sindical de Centro, para tener conocimiento puntual de todas las circunstancias de las negociaciones. Cuando las S. Sindicales de Centro, consideran necesaria la presencia de la C. E. Estatal deben solicitar su presencia siempre como Asesores. en este caso no fue necesario , pero se participó activamente. Como ejemplo , el Recurso sobre los servicios mínimos de la huelga , fue defendido y ganado por la C.E. Estatal de la UGT. No conozco mas sobre el particular pero entiendo que lo importante es que lo spropios negociadores de la UGT, conforman sin duda la estructura de la Fia UGT Estatal. Creo que los resultados han sido buenos y el formato importa menos.
jueves, 27 de mayo de 2010
domingo, 2 de mayo de 2010
Daniel Cohn Bendit
ENTREVISTA Daniel Cohn-Bendit - Político franco-alemán y líder europeo de los Verdes
"Los ecologistas españoles están tan desunidos que la gente no les ve capaces de aportar soluciones"
"En los últimos años hemos servido a un nuevo Dios, el mercado, que en teoría lo solucionaba todo"
"Yo soy partidario de una utopía realista, una utopía que tenga los pies sobre la tierra"
"Si un gobernante quiere prohibir el 'burka' debería al mismo tiempo proponer el derecho de voto a los inmigrantes"
Pregunta. ¿Se reconoce aún en esas fotos?
Respuesta. Yo era guapo en el 68 (se ríe). Y las fotos son bonitas. Me pasa como le debe pasar a Butragueño si ve fotos de juventud. La diferencia es que él ya no juega al fútbol y yo continúo en la política.
P. ¿Y se reconoce como político?
R. Yo soy completamente diferente. Y el mundo también ha cambiado, como del día a la noche: las relaciones sociales, las relaciones de poder... Le voy a dar un ejemplo que siempre utilizo: en 1968 una mujer casada que quería abrir una cuenta corriente en Francia debía contar con una autorización escrita de su marido. Era otro mundo, y eso no quiere decir que ahora todo esté bien o que todo sea mejor.
P. En el libro que acaba de publicar en España usted asegura que permanece fiel a las ideas de su juventud, pero que a la vez es ahora un reformista radical. ¿Qué es eso?
R. Antes de nada: de mí hay una imagen de revolucionario del 68 cuando yo, ya entonces, era considerado, dentro del movimiento, como el más reformista. Mi objetivo nunca fue el de resaltar como el más radical sino el conseguir que cada vez más personas se unieran a nosotros. Y eso ha sido una constante en mi carácter político.
P. Usted asegura que las revoluciones son o peligrosas o ineficaces.
R. Sí, pero la del 68 no fue una revolución sino una revuelta, un movimiento antiautoritario. Cuando la revolución gana, como la Revolución rusa, la cubana de Fidel Castro o la Revolución argelina, y se analizan los resultados, uno se da cuenta de que éstos son peligrosos: sociedades no democráticas que han desembocado en sociedades autoritarias. Y si los revolucionarios son revolucionarios hasta el final y pierden, son impotentes. Yo defiendo fuerzas políticas con una radicalidad reformadora.
P. Mantiene que los partidos políticos están acabados y habla de una cooperativa política. ¿Qué quiere decir?
R. Los partidos políticos son estructuras piramidales cuya vida se desarrolla, en su mayor parte, en el interior, esto es, fuera de la sociedad real, como en un circuito de fórmula 1, muy bonito, pero que da vueltas sobre sí mismo, sin llegar a ningún lado. Lo que yo llamo cooperativa es una suerte de colmena: los cooperativistas salen para colonizar la sociedad. En la colmena, las abejas se organizan para fabricar la miel, pero no pueden hacerlo a menos que acudan a la sociedad a polinizarla. Es un desafío.
P. ¿Un poco utópico eso no?
R. Sí, pero la utopía debe servir de orientación política. La utopía se vuelve peligrosa cuando no tiene en cuenta a los ciudadanos reales. Pero una política sin una idea utópica, sin la idea de que otro tipo de sociedad o de porvenir puede existir no sirve tampoco. Así que yo soy partidario de una utopía realista, una utopía con los pies sobre la tierra. Una cooperativa política que plante cara a problemas reales, porque sólo así encontrará su espacio. Una fuerza política que no tenga empuje como para formular proyectos ambiciosos y discutirlos, y de contagiar con ellos a la sociedad, de polinizarla, no es sino una máquina para conseguir el poder.
P. Parece padecer alergia al poder. Dice que no será ministro, aunque se lo ofrezcan...
R. Ya hay mucha gente que quiere ser ministro o presidente de Gobierno. Mi papel en la política, creo, es el de impulsar debates, el de tener ideas. Si me lo permite, el de poner la imaginación al servicio de la política. También, por qué no decirlo, todo eso forma parte de mi naturaleza antiautoritaria. Me gusta la influencia, pero no el poder. Yo fui adjunto del alcalde de Francfort durante varios años. Eso ya ha sido suficiente. No podemos reducir la actividad política a la lucha por el poder, sea como ministro o como concejal. Yo soy más útil en el papel que desempeño ahora.
P. ¿Por qué la crisis es una oportunidad, como mantiene en el libro?
R. Una de las razones de la degradación ecológica es el sistema económico del "siempre más y siempre más rápido". Y ahora tenemos que ser capaces de encauzar el denominado desarrollo sostenible y de descubrir qué tipo de producción podemos desarrollar que no sea destructora y que, a la postre, no dé más problemas de los que resuelve. Hay que darle la vuelta a esta tendencia, la producción económica debe de estar al servicio de cierto imaginario de la sociedad, y no al contrario.
P. ¿Cómo?
R. El debate entre socialismo y capitalismo, entre economía planificada y economía de mercado, está ya resuelto: la economía socialista no ha funcionado. Pero en los últimos años hemos servido a un nuevo Dios, el mercado, que en teoría lo solucionaba todo. Y ahora debemos inventar un sistema económico que regule, que estructure, más allá de esa lógica del "siempre más".
P. ¿Y cómo convencer a la gente para que no quiera "siempre más"?
R. Fíjese en la crisis española, por ejemplo. Inmobiliarias, edificios, siempre más, y ahora, una gran parte de la sociedad española se encuentra en la cuneta. Usted puede basar su economía en la construcción de casas, y más casas, y más casas en las costas, pero Europa no puede absorber eso. Hay que responder al interrogante de qué puede producir España, como las energías renovables, en lo que ya han comenzado; qué tipo de agricultura de calidad pueden cultivar, etcétera. Hay que plantearse lo que producimos y el cómo.
P. ¿El coche es un símbolo de todo eso?
R. Hemos vivido un largo periodo de nuestra historia que yo denominaría "el mito loco del automóvil", con carreteras, autopistas, más carreteras, más autopistas, con ciudades inundadas de coches... Hemos llegado a un lugar próximo a la asfixia que demuestra que nuestra política económica e industrial ya no funciona. Y no vamos a solucionar los problemas del sector del automóvil prometiendo a todo el mundo un coche, como pasa ahora mismo. En los próximos 20 años se van a producir menos coches, éstos serán diferentes, no van a existir todas las marcas con las que el consumidor cuenta hoy. Así que no habrá los puestos de trabajo que hay ahora. En fin: lo que quiero decir es que hay que preguntarse qué tipo de movilidad queremos tener, y aprovecharlo. Pongo un ejemplo: en muchas ciudades de Europa ya se ve cómo el tranvía es el vehículo urbano del futuro. Ahí hay un buen proyecto industrial verde con potencial y puestos de trabajo: hace falta gente que construya los tranvías, los raíles... Ese hipotético proyecto europeo de tranvías generaría más empleos que Airbus.
P. Para usted, pues, la ecología, en vez de un freno, es un motor económico.
R. Claro. Ecología y economía no se oponen. La ecología tiene un potencial de modernización económica. Además, ya ha quedado demostrado que la economía de mercado no funciona y la ecología es un factor de regulación del mercado.
P. ¿Qué opina de la solución europea al problema griego?
R. Pues que no ha habido solución europea al problema griego. Resulta dramático que, frente a la crisis, los países se replieguen en una suerte de soberanismo económico. Alemania es un buen ejemplo. Frente a la crisis, a la hora de regular a los bancos, Europa ha tenido problemas. Cada vez que ha querido superar la fase nacional han surgido Estados frenando este impulso. El mayor error de los Estados en la crisis griega (aparte de la innegable responsabilidad griega, claro) ha sido no entender que, en momentos de crisis, la única manera de remontar es la solidaridad europea.
P. Pero incluso los ciudadanos, cuando tienen un problema, miran a su país, no a Europa, como si de Europa sólo llegaran problemas y no soluciones...
R. Ya. Pero de eso tienen mucha culpa los líderes políticos. Fíjese en Angela Merkel. Lleva a cabo una política centrada en su país porque teme perder las elecciones. Si planteamos los problemas así, no saldremos del agujero nunca.
P. En el libro alerta de una revuelta social posible. ¿Todavía lo cree?
R. Sí. Los ciudadanos, tras la crisis financiera, económica y ecológica, se encuentran completamente desbordados. Hay un sentimiento de injusticia e ilegalidad muy fuerte, entre otras cosas, porque los grandes responsables de la crisis, los bancos, son, por otra parte, los grandes beneficiaros de la reconstrucción. Y cuando el ciudadano ve una situación insoportable e injusta, puede explotar.
P. La alta abstención en las últimas elecciones en Francia sería un síntoma.
R. Claro, sería un síntoma del desinterés de los ciudadanos que dan la espalda al bien común.
P. En algunos lugares de las afueras de París se llegó a un 80% de abstención.
R. Eso significa que a esos ciudadanos ya no les concierne la política, que no se sienten implicados, que se instalan fuera de la democracia, que dicen "eso ya no es para nosotros", y eso es un fenómeno peligroso. En Francia existe la abstención y el aumento del voto de la extrema derecha, ambos fenómenos demuestran la desafección de la sociedad francesa.
P. ¿Esperaba el buen resultado de los ecologistas en las elecciones europeas y regionales en Francia?
R. Sí, porque fuimos capaces de unirnos y de proponer a la sociedad soluciones concretas. El problema es mantenernos ahora, y eso no es fácil, porque siempre hay tendencias...
P. ¿Por qué en España no prende el ecologismo en política?
R. El ecologismo guarda un potencial para la sociedad. También en España, claro. Pero los ecologistas españoles están tan desunidos, tan atomizados, que la gente no los ve capaces de aportar soluciones.
P. ¿Qué piensa de la prohibición del burka?
R. Que es un falso debate. Y que, si, en fin, un gobernante quiere demostrar que el burka está fuera de la ley, que no cabe en la República, y quiere prohibirlo, debería al mismo tiempo proponer el derecho de voto a los inmigrantes. Es una suerte de reequilibrio, de intentar no apartar de nuevo a la inmigración, sino de integrarla. Es como el debate de hace meses de los minaretes en Suiza. Hacer un debate de eso es una auténtica locura.
P. Para terminar, en el libro dice que estamos al borde de un nuevo mundo.
R. Mejor dicho: estamos en un momento del mundo en el que debemos cuestionarnos nuestro modo de vida.
- fuente: elpais.com - 26-04-2010
Pako Serafín Galán, Komisionero de las CCOO de Cepsa me dijo un día: "entre Dany el Rojo y tú -Miguel Gil- teneis mucho en común".
Esto me hizo reflexionar sobre sus palabras y mientras me hice la foto junto a él, descubrí que aquello que me dijo, tenía mas carga de profundidad de lo que yo quise interpretar.
¿Qué me unía?... se refería a lo que Dany el rojo tenía en su cabaeza y lo que yo tenía en la mía...a vuestro criterio
Mientras lo pensais, os recomiendo la entrevista que pongo a continuación. ¡Que lo disfruteis!
Han pasado ya más de 42 años desde que Daniel Cohn-Bendit, entonces llamado Dany El Rojo (por el color de su ideología y el de su pelo), se encaraba a los policías del general De Gaulle en el Barrio Latino de París de aquel querido Mayo del 68. No parece muy harto de que se lo recuerden, entrevista tras entrevista, aunque hace años publicara un libro titulado, precisamente, Forget 68 -Olvida el 68-. Da la impresión de que ha hecho las paces con su pasado. Ahora, con 65 años, este eurodiputado franco-alemán, que piensa y siente en los dos idiomas (aunque a la hora del fútbol confiesa apoyar siempre a Francia), es uno de los líderes de la formación ecológica Europa Ecología, parlamentario brillante en Bruselas y ensayista (acaba de publicar su último libro en España Que faire? -RBA- subtitulado Pequeño tratado de imaginación política para uso de europeos. Se sienta y sonríe mientras espera las preguntas. La misma sonrisa cachonda y abierta que muestra en esas viejas fotos ante esos policías con casco de bombero y porra de aquellos años.
"Los ecologistas españoles están tan desunidos que la gente no les ve capaces de aportar soluciones"
"En los últimos años hemos servido a un nuevo Dios, el mercado, que en teoría lo solucionaba todo"
"Yo soy partidario de una utopía realista, una utopía que tenga los pies sobre la tierra"
"Si un gobernante quiere prohibir el 'burka' debería al mismo tiempo proponer el derecho de voto a los inmigrantes"
Pregunta. ¿Se reconoce aún en esas fotos?
Respuesta. Yo era guapo en el 68 (se ríe). Y las fotos son bonitas. Me pasa como le debe pasar a Butragueño si ve fotos de juventud. La diferencia es que él ya no juega al fútbol y yo continúo en la política.
P. ¿Y se reconoce como político?
R. Yo soy completamente diferente. Y el mundo también ha cambiado, como del día a la noche: las relaciones sociales, las relaciones de poder... Le voy a dar un ejemplo que siempre utilizo: en 1968 una mujer casada que quería abrir una cuenta corriente en Francia debía contar con una autorización escrita de su marido. Era otro mundo, y eso no quiere decir que ahora todo esté bien o que todo sea mejor.
P. En el libro que acaba de publicar en España usted asegura que permanece fiel a las ideas de su juventud, pero que a la vez es ahora un reformista radical. ¿Qué es eso?
R. Antes de nada: de mí hay una imagen de revolucionario del 68 cuando yo, ya entonces, era considerado, dentro del movimiento, como el más reformista. Mi objetivo nunca fue el de resaltar como el más radical sino el conseguir que cada vez más personas se unieran a nosotros. Y eso ha sido una constante en mi carácter político.
P. Usted asegura que las revoluciones son o peligrosas o ineficaces.
R. Sí, pero la del 68 no fue una revolución sino una revuelta, un movimiento antiautoritario. Cuando la revolución gana, como la Revolución rusa, la cubana de Fidel Castro o la Revolución argelina, y se analizan los resultados, uno se da cuenta de que éstos son peligrosos: sociedades no democráticas que han desembocado en sociedades autoritarias. Y si los revolucionarios son revolucionarios hasta el final y pierden, son impotentes. Yo defiendo fuerzas políticas con una radicalidad reformadora.
P. Mantiene que los partidos políticos están acabados y habla de una cooperativa política. ¿Qué quiere decir?
R. Los partidos políticos son estructuras piramidales cuya vida se desarrolla, en su mayor parte, en el interior, esto es, fuera de la sociedad real, como en un circuito de fórmula 1, muy bonito, pero que da vueltas sobre sí mismo, sin llegar a ningún lado. Lo que yo llamo cooperativa es una suerte de colmena: los cooperativistas salen para colonizar la sociedad. En la colmena, las abejas se organizan para fabricar la miel, pero no pueden hacerlo a menos que acudan a la sociedad a polinizarla. Es un desafío.
P. ¿Un poco utópico eso no?
R. Sí, pero la utopía debe servir de orientación política. La utopía se vuelve peligrosa cuando no tiene en cuenta a los ciudadanos reales. Pero una política sin una idea utópica, sin la idea de que otro tipo de sociedad o de porvenir puede existir no sirve tampoco. Así que yo soy partidario de una utopía realista, una utopía con los pies sobre la tierra. Una cooperativa política que plante cara a problemas reales, porque sólo así encontrará su espacio. Una fuerza política que no tenga empuje como para formular proyectos ambiciosos y discutirlos, y de contagiar con ellos a la sociedad, de polinizarla, no es sino una máquina para conseguir el poder.
P. Parece padecer alergia al poder. Dice que no será ministro, aunque se lo ofrezcan...
R. Ya hay mucha gente que quiere ser ministro o presidente de Gobierno. Mi papel en la política, creo, es el de impulsar debates, el de tener ideas. Si me lo permite, el de poner la imaginación al servicio de la política. También, por qué no decirlo, todo eso forma parte de mi naturaleza antiautoritaria. Me gusta la influencia, pero no el poder. Yo fui adjunto del alcalde de Francfort durante varios años. Eso ya ha sido suficiente. No podemos reducir la actividad política a la lucha por el poder, sea como ministro o como concejal. Yo soy más útil en el papel que desempeño ahora.
P. ¿Por qué la crisis es una oportunidad, como mantiene en el libro?
R. Una de las razones de la degradación ecológica es el sistema económico del "siempre más y siempre más rápido". Y ahora tenemos que ser capaces de encauzar el denominado desarrollo sostenible y de descubrir qué tipo de producción podemos desarrollar que no sea destructora y que, a la postre, no dé más problemas de los que resuelve. Hay que darle la vuelta a esta tendencia, la producción económica debe de estar al servicio de cierto imaginario de la sociedad, y no al contrario.
P. ¿Cómo?
R. El debate entre socialismo y capitalismo, entre economía planificada y economía de mercado, está ya resuelto: la economía socialista no ha funcionado. Pero en los últimos años hemos servido a un nuevo Dios, el mercado, que en teoría lo solucionaba todo. Y ahora debemos inventar un sistema económico que regule, que estructure, más allá de esa lógica del "siempre más".
P. ¿Y cómo convencer a la gente para que no quiera "siempre más"?
R. Fíjese en la crisis española, por ejemplo. Inmobiliarias, edificios, siempre más, y ahora, una gran parte de la sociedad española se encuentra en la cuneta. Usted puede basar su economía en la construcción de casas, y más casas, y más casas en las costas, pero Europa no puede absorber eso. Hay que responder al interrogante de qué puede producir España, como las energías renovables, en lo que ya han comenzado; qué tipo de agricultura de calidad pueden cultivar, etcétera. Hay que plantearse lo que producimos y el cómo.
P. ¿El coche es un símbolo de todo eso?
R. Hemos vivido un largo periodo de nuestra historia que yo denominaría "el mito loco del automóvil", con carreteras, autopistas, más carreteras, más autopistas, con ciudades inundadas de coches... Hemos llegado a un lugar próximo a la asfixia que demuestra que nuestra política económica e industrial ya no funciona. Y no vamos a solucionar los problemas del sector del automóvil prometiendo a todo el mundo un coche, como pasa ahora mismo. En los próximos 20 años se van a producir menos coches, éstos serán diferentes, no van a existir todas las marcas con las que el consumidor cuenta hoy. Así que no habrá los puestos de trabajo que hay ahora. En fin: lo que quiero decir es que hay que preguntarse qué tipo de movilidad queremos tener, y aprovecharlo. Pongo un ejemplo: en muchas ciudades de Europa ya se ve cómo el tranvía es el vehículo urbano del futuro. Ahí hay un buen proyecto industrial verde con potencial y puestos de trabajo: hace falta gente que construya los tranvías, los raíles... Ese hipotético proyecto europeo de tranvías generaría más empleos que Airbus.
P. Para usted, pues, la ecología, en vez de un freno, es un motor económico.
R. Claro. Ecología y economía no se oponen. La ecología tiene un potencial de modernización económica. Además, ya ha quedado demostrado que la economía de mercado no funciona y la ecología es un factor de regulación del mercado.
P. ¿Qué opina de la solución europea al problema griego?
R. Pues que no ha habido solución europea al problema griego. Resulta dramático que, frente a la crisis, los países se replieguen en una suerte de soberanismo económico. Alemania es un buen ejemplo. Frente a la crisis, a la hora de regular a los bancos, Europa ha tenido problemas. Cada vez que ha querido superar la fase nacional han surgido Estados frenando este impulso. El mayor error de los Estados en la crisis griega (aparte de la innegable responsabilidad griega, claro) ha sido no entender que, en momentos de crisis, la única manera de remontar es la solidaridad europea.
P. Pero incluso los ciudadanos, cuando tienen un problema, miran a su país, no a Europa, como si de Europa sólo llegaran problemas y no soluciones...
R. Ya. Pero de eso tienen mucha culpa los líderes políticos. Fíjese en Angela Merkel. Lleva a cabo una política centrada en su país porque teme perder las elecciones. Si planteamos los problemas así, no saldremos del agujero nunca.
P. En el libro alerta de una revuelta social posible. ¿Todavía lo cree?
R. Sí. Los ciudadanos, tras la crisis financiera, económica y ecológica, se encuentran completamente desbordados. Hay un sentimiento de injusticia e ilegalidad muy fuerte, entre otras cosas, porque los grandes responsables de la crisis, los bancos, son, por otra parte, los grandes beneficiaros de la reconstrucción. Y cuando el ciudadano ve una situación insoportable e injusta, puede explotar.
P. La alta abstención en las últimas elecciones en Francia sería un síntoma.
R. Claro, sería un síntoma del desinterés de los ciudadanos que dan la espalda al bien común.
P. En algunos lugares de las afueras de París se llegó a un 80% de abstención.
R. Eso significa que a esos ciudadanos ya no les concierne la política, que no se sienten implicados, que se instalan fuera de la democracia, que dicen "eso ya no es para nosotros", y eso es un fenómeno peligroso. En Francia existe la abstención y el aumento del voto de la extrema derecha, ambos fenómenos demuestran la desafección de la sociedad francesa.
P. ¿Esperaba el buen resultado de los ecologistas en las elecciones europeas y regionales en Francia?
R. Sí, porque fuimos capaces de unirnos y de proponer a la sociedad soluciones concretas. El problema es mantenernos ahora, y eso no es fácil, porque siempre hay tendencias...
P. ¿Por qué en España no prende el ecologismo en política?
R. El ecologismo guarda un potencial para la sociedad. También en España, claro. Pero los ecologistas españoles están tan desunidos, tan atomizados, que la gente no los ve capaces de aportar soluciones.
P. ¿Qué piensa de la prohibición del burka?
R. Que es un falso debate. Y que, si, en fin, un gobernante quiere demostrar que el burka está fuera de la ley, que no cabe en la República, y quiere prohibirlo, debería al mismo tiempo proponer el derecho de voto a los inmigrantes. Es una suerte de reequilibrio, de intentar no apartar de nuevo a la inmigración, sino de integrarla. Es como el debate de hace meses de los minaretes en Suiza. Hacer un debate de eso es una auténtica locura.
P. Para terminar, en el libro dice que estamos al borde de un nuevo mundo.
R. Mejor dicho: estamos en un momento del mundo en el que debemos cuestionarnos nuestro modo de vida.
- fuente: elpais.com - 26-04-2010
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